lunes, 8 de diciembre de 2014

TERAPIAS DE INTERVENCION



Terapia Dialectica –Conductual de Linehan

El trastorno límite de la personalidad constituye un patrón general de inestabilidad en las emociones, las relaciones interpersonales y la identidad, así como una notable impulsividad que comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos (APA, 2000: 760). Entre un 1% y 2% de la población general sufre este trastorno. Las conductas auto lesivas y los intentos de suicidio son frecuentes y las tasas de suicidio alcanzan el 9%.
Pese a la gravedad de este trastorno, el desarrollo y puesta a prueba de estrategias de intervención eficaces para el mismo es todavía escaso; los logros terapéuticos son lentos y se producen abandonos y recaídas con mucha frecuencia. Uno de los programas de tratamiento que ha recibido mayor apoyo empírico es la Terapia dialéctico- comportamental desarrollada por la Dra. Marsha Linehan y su grupo de investigación en la Universidad de Washington, en Estados Unidos, (Linehan, 1993).
Esta intervención constituye un programa de tratamiento que se enmarca en la terapia cognitivo- comportamental, cuyo objetivo fundamental es que el paciente aprenda a regular la emocionalidad extrema, reduciéndose las conductas desadaptativas dependientes del estado de ánimo y que aprenda a confiar y validar sus propias experiencias, emociones, pensamientos y comportamientos.
Terapia cognitiva-conductual (TCC). La TCC puede ayudar a las personas con el trastorno límite de la personalidad a identificar y cambiar creencias fundamentales y/o los comportamientos subyacentes a la percepción poco precisa de sí mismos y de otros, así como los problemas de la interacción con los demás. La TCC puede ayudar a reducir los síntomas de cambios de estado de ánimo y de ansiedad, así como reducir el número de comportamientos suicidas o de conductas autodestructivas.
Terapia centrada en esquemas. Este tipo de terapia combina los elementos de la TCC con otras formas de psicoterapia que se enfocan en reformular los esquemas o la forma en que las personas se ven a sí mismas. Este enfoque se basa en la idea de que el trastorno límite de la personalidad se deriva de una imagen propia disfuncional, posiblemente causada por experiencias negativas durante la niñez, que afecta la forma en que las personas reaccionan a su entorno, interactúan con otros y se sobrellevan a los problemas o lidian con el estrés.

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